No ha sido fácil llegar a ser la empresa de reciclaje que somos el día de hoy, con un equipo profesional liderando procesos productivos, creativos y eficaces, capaz de adaptarse a las necesidades de nuestros clientes con el profesionalismo que nos caracteriza.
Debemos remontarnos a finales de los años 90, cuando una familia de emprendedores comenzó a reciclar metales y materiales que en muchos casos nadie quería procesar en ese entonces.
Ellos comienzan a hacer contactos con muchas de las principales empresas del medio, especialmente relacionadas con el uso de metales. El inicio fue duro y, si bien se enfrentaron a muchas adversidades, los empresarios mantuvieron su fé en la oportunidad de negocio que veían en el reciclaje.
En sus inicios, la empresa empezó operaciones con un pick up viejito y una pequeña bodega de 100 m2 ubicada en zona 3 de la capital, recolectando metales no ferrosos. Aunque allí sufrieron robos, asaltos, estafas, etc., los socios fundadores siempre tuvieron la visión de convertirse en la empresa de reciclaje más profesional en Guatemala.
En solo dos años, en base a la honestidad y responsabilidad en sus operaciones, la empresa fue abriéndose paso y consolidándose de micro empresa a empresa pequeña. Esto motivó a que movieran sus operaciones a San Cristóbal por espacio de 3 años, y luego pasaran a su ubicación actual, en San José Villa Nueva.